A medida que la tecnología sigue evolucionando, las nuevas investigaciones conducen a
nuevas soluciones a problemas comunes en diferentes campos médicos. una tecnología
láser dental s de las muchas alternativas desarrollado para mejorar la práctica
común al tratar de hacerlo más eficiente y consume menos tiempo.
Al estar diseñados para realizar una amplia gama de tratamientos, los láseres
dentales se han convertido en una opción confiable para muchos procedimientos.
La palabra láser es un acrónimo de «Amplificación de luz por emisión estimulada de
radiación». Es una potente longitud de onda de luz disparada directamente a una
ubicación precisa mediante un dispositivo.
El primer láser se creó en 1960 y se probó por primera vez en un diente en 1965. Sin
embargo, no fue hasta 1995 cuando fue aprobado por la FDA para las prácticas
dentales.
Los láseres son sistemas complejos que emiten luz monocromática formada por una sola
longitud de onda de luz. Esta longitud de onda se refleja hacia adelante y hacia
atrás a través de los espejos dentro del dispositivo, lo que aumenta su potencia
antes de ser redirigida hacia los tejidos. Una vez que la luz entra en contacto con
los tejidos, éstos absorben la longitud de onda.
Aumenta la temperatura del tejido y lo vaporiza, creando un efecto similar al de
cortar y cauterizar.
Los láseres se dividen en dos grupos según el tipo de tejido con el que pueden interactuar:
Actualmente, existen muchos usos para los láseres en odontología. Sin embargo, los usos más comunes incluyen procedimientos como:
Los láseres dentales ofrecen una alternativa a los métodos tradicionales. Los pacientes ansiosos pueden beneficiarse de su uso, ya que no produce el sonido de perforación que a menudo desencadena la reacción de ansiedad. Además, su capacidad para eliminar bacterias es especialmente útil para mejorar la cicatrización después de cualquier procedimiento. Ya sea que se utilice para eliminar caries o tratar las encías, se ha demostrado que los láseres dentales ofrecen excelentes resultados.